Cinco Buenas Prácticas URBACT que impulsan la ciudad climáticamente inteligente

Edited on 04/11/2025

En toda Europa, las ciudades están situando a las personas en el centro de la acción climática. Descubra cómo estas cinco Buenas Prácticas de URBACT están haciendo que la sostenibilidad sea asunto de todos.

Con la COP30 en Brasil a la vuelta de la esquina, el clima vuelve a ocupar un lugar destacado en la agenda mundial. Para convertir estos ambiciosos marcos en resultados tangibles, las ciudades europeas están tomando la iniciativa y experimentando con nuevas formas impulsadas por la comunidad para acelerar la transición ecológica. Al fin y al cabo, los habitantes de las ciudades están en primera línea del escenario urbano y serán los principales beneficiarios de la acción climática. En medio del pulso del cambio moderno, cinco de las 116 Buenas Prácticas premiadas por URBACT en 2024 destacan por integrar la ciencia ciudadana y la acción climática en el tejido de la vida urbana. Juntas, estas ciudades demuestran que la acción decisiva comienza a nivel local.

En el centro de su éxito se encuentra un enfoque participativo, en el que los residentes, los expertos y los funcionarios municipales colaboran para dar forma a soluciones que reflejen verdaderamente las necesidades de la comunidad. El diálogo estructurado desempeña aquí un papel fundamental: los responsables locales del clima ayudan a salvar la brecha entre los planificadores y los ciudadanos, convirtiendo las ideas colectivas en acciones urbanas concretas. 

 

#1 - Copenhague (Dinamarca)

¿Qué ocurre cuando se colocan responsables climáticos en el corazón de los barrios? En Copenhague, se desencadena una ola de acciones ecológicas. Desde 2021, el Grupo de Trabajo sobre el Clima de la ciudad ha estado trabajando bloque por bloque, combinando los conocimientos especializados de arriba abajo con la energía de base de los residentes, las asociaciones y las empresas para integrar las perspectivas climáticas en la renovación de los barrios. La instalación de paneles solares, la optimización del consumo de agua y la creación de cafés de reparación son iniciativas que fomentan un enfoque participativo en el que se pide a los habitantes de la ciudad que aporten ideas que beneficien directamente al medio ambiente que les rodea. 

 

El grupo de trabajo tiene un impacto local positivo a través del ahorro energético, la clasificación de residuos, la biodiversidad, la movilidad ecológica y las comunidades alimentarias. ¿Un ejemplo concreto? Los propietarios de edificios que deseen reducir las emisiones de CO₂ durante las renovaciones pueden recurrir a la orientación personalizada y al asesoramiento financiero de su responsable local de clima. Solo en los distritos de Bavnehøj y Sydhavnen, estas iniciativas han reducido el consumo de energía en 8,1 GWh, y se prevé que la demanda de calefacción disminuya un 11 % en cinco años.

 

Conclusiones clave para su ciudad

El modelo de Copenhague confirma que una transición ecológica justa funciona mejor cuando se arraiga en las comunidades locales. Aunque el grupo de trabajo cumple con el Plan Climático 2025 de la capital danesa, el método se puede adaptar fácilmente a otros lugares. Basado en el desarrollo comunitario basado en los activos, el análisis del espacio urbano y los talleres de cocreación, el enfoque ayuda a cualquier ciudad a ver sus barrios como ricos en recursos y preparados para el cambio.

Copenhague (Dinamarca)

#2 - Vilna (Lituania)

Vilna está convirtiendo los barrios en centros neurálgicos de la acción climática, con más de 20 comunidades climáticamente neutras dedicadas a la apicultura urbana, los huertos comunitarios, los hoteles para insectos, la gestión de campos silvestres, las iniciativas de reparación e intercambio y la reducción del desperdicio de alimentos.

 

Para apoyar estos esfuerzos, la ciudad ha creado una red comunitaria y un programa municipal de subvenciones que ofrece hasta 5000 euros por proyecto. Desde marzo de 2024, se han financiado 12 iniciativas centradas en el clima en las que participan escuelas, ONG, empresas locales y residentes. Entre los primeros resultados se incluyen un huerto comunitario construido en un día, frigoríficos que combaten el desperdicio de alimentos y hoteles para insectos que fomentan la biodiversidad. Estos proyectos forman parte de estrategias municipales más amplias, como la red de planificación de acciones COPE URBACT, el Plan de Movilidad Urbana Sostenible y el Programa de Barrios, y se refuerzan mediante la participación ciudadana a través de la distribución de plantas, eventos de plantación y aportaciones a la planificación urbana. Con la ampliación de la red y el intercambio de experiencias en toda Europa, Vilna está creando un modelo replicable de acción climática impulsada por la comunidad.

 

Conclusiones clave para su ciudad

Vilna demuestra el valor de las pequeñas subvenciones para potenciar los proyectos climáticos liderados por la comunidad, al tiempo que se crean redes que sostienen las iniciativas a largo plazo. La participación de diversas partes interesadas, desde escuelas y ONG hasta empresas locales y residentes, hace que los proyectos sean tangibles e inclusivos. Las iniciativas prácticas fomentan la participación directa y el impacto medible, mientras que la integración de las aportaciones de la comunidad en la planificación urbana garantiza que estas soluciones puedan convertirse en políticas más amplias para toda la ciudad.  

Vilna (Lituania)

#3 - Viladecans (ES)

¿Cuánto CO₂ pueden absorber realmente los árboles de una ciudad? Viladecans, un municipio cercano a Barcelona, se propuso averiguarlo poniendo a los jóvenes en el centro de la investigación. La ciudad, que se ha comprometido a alcanzar la neutralidad climática para 2030, ha puesto en marcha el proyecto educativo Co-Carbon Tree Measurement, basado en los principios de la ciencia ciudadana y en colaboración con la Universidad Politécnica de Cataluña. ¿Qué mejor manera de alcanzar la neutralidad en carbono a largo plazo que involucrando a los ciudadanos del mañana?

 

Estudiantes de primaria y secundaria ayudan a los jardineros municipales a medir el diámetro de los troncos y la altura de los árboles en toda la ciudad. Con sus datos, los investigadores pueden estimar la cantidad de CO₂ que captura cada año el bosque urbano de Viladecans, lo que ayuda al municipio a realizar un seguimiento de los progresos hacia los objetivos climáticos de la UE y a diseñar estrategias más ecológicas para el futuro.

 

Los árboles urbanos son héroes naturales del clima: no solo absorben más CO₂ que las máquinas, sino que también refrescan los barrios sobrecalentados al reducir el efecto de isla de calor urbano. Algunas cifras para dar vida a la idea: solo el 14 de marzo de 2024, 663 estudiantes midieron casi 1300 árboles en toda la ciudad.
 

Conclusiones clave para su ciudad

Viladecans destaca cómo la ciencia ciudadana puede combinar la educación, la acción climática y la participación local en una única actividad de bajo coste. Al involucrar a los jóvenes, la ciudad invierte deliberadamente en la sensibilización a largo plazo y en la promoción de un cambio de mentalidad hacia la neutralidad en carbono. Dado que el método no requiere formación, constituye una referencia ejemplar de vigilancia medioambiental que otros municipios pueden seguir.

 

Viladecans (ES)

#4 - Cascais (PT)

Cascais, una ciudad costera cerca de Lisboa, está abordando los retos del cambio climático de frente con su fondo AdaptCascais. Basado en el Plan de Acción para la Adaptación al Cambio Climático de la ciudad, el fondo canaliza recursos hacia proyectos que reducen las vulnerabilidades y fomentan la resiliencia, especialmente para las comunidades más expuestas al riesgo.

 

El enfoque es participativo por diseño. Cualquier organización formal, independientemente de su tamaño o experiencia, puede solicitar financiación. Las propuestas se evalúan en función de su creatividad, su impacto y su capacidad para involucrar a los ciudadanos. En su primera edición, el fondo apoyó ocho proyectos en los que participaron más de 2000 residentes y se completaron 163 actividades. Entre estas actividades se encontraban medidas de ahorro de agua (es decir, 150 litros recogidos), la restauración de 1150 metros de lecho fluvial utilizando soluciones basadas en la naturaleza, la participación de siete escuelas, campañas de formación y sensibilización.

 

Al fomentar enfoques basados en los ecosistemas siempre que es posible, Cascais refuerza tanto sus defensas naturales como su capacidad social para hacer frente a fenómenos meteorológicos extremos. El fondo ilustra cómo los municipios pueden transformar la adaptación al clima en un esfuerzo compartido e impulsado por los ciudadanos que reporta beneficios tangibles.

 

Conclusiones clave para su ciudad

Cascais demuestra que la financiación de la adaptación puede ser inclusiva y estratégica. Al vincular la financiación directamente a un plan de acción local, Cascais garantiza la coherencia con los objetivos climáticos más amplios de la UE y el IPCC, al tiempo que mantiene la flexibilidad para responder a las necesidades de la comunidad. El hecho de que las normativas y directrices estén disponibles en inglés facilita su reproducción en el extranjero. Y lo que es más importante, la iniciativa pone de relieve que el desarrollo de la resiliencia climática requiere un pensamiento sistémico: el agua, la energía, la educación, las infraestructuras verdes y la participación de la comunidad están interrelacionados. Otras ciudades pueden aprender de Cascais que una adaptación eficaz se consigue entrelazando diferentes aspectos en un único esfuerzo que abarque toda la ciudad.

 

#5 - Vila Boa do Bispo (PT)

La estrategia Smart Village de Vila Boa do Bispo aúna la gobernanza sostenible, la economía circular y los fuertes lazos comunitarios para abordar los retos locales y globales. La estrategia tiene como objetivo preservar los valores compartidos de la ciudad, al tiempo que empodera a los residentes a través de la participación ciudadana y la educación medioambiental. La participación es el núcleo del enfoque TriCYcLE, cuyos pilares son la acción climática, los impactos a largo plazo y la participación de los jóvenes. Desde iniciativas de voluntariado juvenil hasta proyectos de presupuestos participativos, la ciudad se ha fijado dos objetivos: crear un ciclo totalmente circular para los bienes producidos y convertirse en la primera comunidad neutra en carbono de Portugal.

 

La colaboración es profunda, con asociaciones entre autoridades locales, ONG y grupos comunitarios que impulsan el trabajo. Además, desde 2021, Vila Boa do Bispo forma parte de RURENER, una red europea de comunidades rurales que promueven la transición energética.  

 

Conclusiones clave para su ciudad

El modelo de Vila Boa do Bispo muestra cómo la participación de las partes interesadas, el desarrollo de capacidades y la financiación a través de una red de intercambio de conocimientos pueden convertir pequeños territorios en centros de innovación. El uso de herramientas digitales y prácticas circulares ofrece un modelo a seguir para cualquier contexto urbano-rural.  

Vila Boa do Bispo (PT)

Submitted by on 04/11/2025
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Isabel Gonzalez Garcia

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